Arar la tierra, remover sus entrañas para que pueda ofrecer el sagrado fruto del trigo, es un oficio milenario. En esta fotografía, el arado ha entrado en una época moderna, de varias rejas, de hierro fundido con vertederas laterales, manceras dobles . Atrás queda el arado romano, de una sola reja de hierro y el resto del utillaje de madera, tirado por un solo animal y normalmente el hombre iba descalzo cuando araba.